Como primera excursión para inaugurar el 2024, me acerqué a La Pedriza, para seguir una sencilla ruta que permite alcanzar el impresionante canto rodado de El Tolmo. Por el camino se visualizan algunas de las innumerables figuras que se han moldeado en las formaciones rocosas a lo largo de millones de años (Senda de las Formas) y también se visita la Charca Kindelan, una fotogénica poza, generada por una pequeña cascada en el arroyo de la Majadilla:
8’3 KM | 2H 45′ | Baja/Media | 279 M. | > 10 años | No | No | No |
Índice
Senda de las Formas
El macizo de La Pedriza se localica en la vertiente madrileña del Parque Nacional Sierra de Guadarrama. Su espectacular geomorfología, con ejemplos de las variadas formas características de un paisaje granítico, propiciaron que desde comienzos del siglo pasado se reconocieran sus valores naturales, científicos y didácticos, por lo que se declaró Sitio Natural de Interés Nacional.
Se encuentran ejemplos de formas mayores definidas como domos, tors, crestones, lanchares, berrocales, pedrizas. . . y de otras menores como bolos, piedras caballeras, pilancones, marmitas, tafonis o acanaladuras.
Esta senda permite apreciar este paisaje y dar a conocer su origen, significado y asombrosa diversidad, Por su parecido con determinadas figuras a muchas de estas formas rocosas se les ha asignado un nombre común por el que se les conoce. Algunas de estas figuras se ven durante este recorrido.
Los granitos son rocas ígneas plutónicas, es decir, proceden de un magma que se enfrió lentamente en el interior de la corteza terrestre, desde hace aproximadamente 300 millones de años en el caso de La Pedriza.
Las características concretas de su litología, textura y fracturación, junto con los procesos sufridos a lo largo de su historia geológica, según ascendían y alcanzaban la superficie terrestre bajo los diferentes agentes erosivos propios de distintos climas, han determinado la existencia de sus variadas y caprichosas formas. Especialmente se deben a la penetración de agua a favor de las fracturas, fallas y diaclasas (roturas sin desplazamiento que afectan a toda la roca y que la rompen en bloques paralepipédicos) y a la alteración de los agentes atmosféricos o meteorización.
Parking de Canto Cochino
Para realizar esta ruta de senderismo, la forma más óptima es dejar el coche en el parking de Canto Cochino. Recuerda que el acceso a La Pedriza está regulado. Conviene revisar los horarios de la barrera de control de acceso:
Si tuvieras mala suerte o llegaras tarde y la barrera estuviera bajada, debes aparcar en el Parking del Centro de Visitantes y sumarle apróximadamente unos 6 km a a ruta (3 km para llegar al parking de Canto Cochino y otros 3 al volver).
Rosa de los Vientos
Al lado del parking, se encuentra este artefacto que permite conocer los topónimos de las cumbres cercanas:
Piedra Caballera
Al poco del paseo, se llega a un punto donde se puede divisar una piedra caballera, es un bolo granítico aislado apoyado sobre otras a modo de pedestal. Son formas características de relieves graníticos maduros:
Río Manzanares
Toda esta primera parte de la ruta transcurre paralela al río Manzanares:
La Foca
Bloque granítico con morfología semejante a este animal. La foca se encuentra en esta zona en la parte derecha. En la parte izquierda hay otra roca, que a mi se me asemejaba a una morsa:
La Tortuga
Después de cruzar el Manzanares por un puente, en seguida se divisan los lanchares de la Tortuga. Los lanchares son superficies curvas que corresponden a las lajas originadas por el diaclasado (fractura sin desplazamiento) de descompresión:
Por el camino, puedes hacer volar tu imaginación con la forma de otras rocas. Por ejemplo, esta a mi, me recuerda a una paloma (al menos la cabeza):
Peña Sirio
Otro pico que llama la atención es Peña Sirio:
Las acanaladuras son formas de meteorización y erosión por agua de escorrentería en paredes graníticas:
El terreno hasta aquí es fácil. Es recomendable para hacer esta parte con niños pequeños y hacer una miniruta de 2 km. circular y acabar de nuevo en el parking de Canto Cochino:
Arroyo de los Huertos
Siguiendo la ruta ahora toca vadear el arroyo de los Huertos, que no tiene mucha agua, saltando por las piedras:
Cancho de los Muertos
Siguiendo la ruta, a nuestra izquierda, llama nuestra atención una zona conocida como Cancho de los Muertos. Lugar de historias y leyendas acerca de los forajidos y maleantes (Luis Candelas, Paco Sastre, Tuerto Pirón, …) que abundaban por esta zona en el S. XIX. Tengo pendiente hacer otra ruta que pasa justo por allí:
La Pedriza, al igual que el resto de la Sierra de Guadarrama, es fuente de innumerables historias y leyendas, como la del cabrero Mierlo, y su desafortunado final.
El Cerdito
Simpática roca, ubicada en medio de la Pradera del Pradillo, en un lugar con unas vistas fantásticas:
Se parece bastante a este animal, con el hocico en la parte izquierda:
Poza
Pasada la pradera del Pradillo, lo que parecía un agradable paseo, se empieza a complicar. Los caminos por La Pedriza son de lo más traicioneros. Se llega a un punto donde tras sortear algunas piedras, llegamos a una poza:
El terreno en esta parte se vuelve arisco, la senda se pierde y hay que estar brujuleando por donde seguir.
Arroyo de la Majadilla
Por esta orilla por la que voy no va nadie y veo que a unos metros, en la otra orilla del arroyo, va y viene bastante gente. Es la llamada La Autopista. Así que voy a lo cómodo, me calzo los cubrebotas que me han traído los Reyes Magos y los estreno atravesando el arroyo:
La Autopista
En esta otra «orilla» el tráfico de senderistas y montañeros es muy acusado. Esta autopista permite transitar mucho más cómodamente. Hay algunas zonas con piedras grandes, pero en general se sigue muy bien el camino:
Charca Kindelan
Un ruido de agua se escucha a la derecha del camino, al poco de haber cruzado el arroyo de la Majadilla, e ir subiendo. Se trata de la Charca Kindelan, la cual debe su nombre a un pequeño grupo familiar de montañeros compuesto por tres hermanos (José Manuel, Juan y Ultano Kindelan) y su primo (Pablo Martínez del Rio), que a principios del S. XX fueron descubriendo las bellezas de este paraje.
Durante una de sus exploraciones, se encontraron un hueco bajo una gran roca, en el que construyeron un pequeño chozo (el primer refugio serrano de La Pedriza), el Chozo Kindelan, que se encuentra en las proximidades:
La Charca Kindelan es una pequeña cascada del arroyo de la Majadilla que forma una fotogénica poza. Está un poco escondida del camino principal, aunque el ruido del agua la delata. Por suerte, no había nadie durante mi visita:
Boulder de las Viras
Siguiendo por la autopista llegamos a un boulder o búlder. Impresionan el tamaño de algunas rocas:
Aleta de Tiburón
Esta roca tiene premio, porque justo detrás, si te fijas, hay una perfecta aleta de tiburón moldeada:
Presenta nerviaciones que son producidas por pequeños filones de una roca similar al granito, pero con el grano más fino, que atraviesan la roca. Los toques oscuros son dados la oxidación de minerales como la mica negra o biotita:
A continuación, llegamos a un mirador natural, que permite ver dos formaciones, El Camello y la Cueva de la Mora:
El Camello
Desde el mirador donde nos encontramos, se observan perfectamente las 2 jorobas de este animal:
Cueva de la Mora
Se trata de una oquedad relacionada con una diaclasa. El nombre de la cueva, viene de una leyenda, fruto del amor prohibido entra una joven mora (Naima), perteneciente a una rica familia musulmana, y de un noble cristiano castellano.
Al parecer, el padre de la chica, desaprobando la relación, la mandó recluir en esta cueva. La joven mora murió de pena, esperando a su amor, que nunca volvió, al huir ante las amenazas de su padre. Dicen que el alma de Naima vaga por los alrededores de la cueva y que de sus lágrimas brotaron árboles (en la cueva hay tejos):
Puente del arroyo de la Dehesilla
Este puente estable nos permite sortear cómodamente el arroyo de la Dehesilla y alcanzar Prado Peluca:
Prado Peluca
Aquí se puede observar el proceso de arenización del granito:
Refugio Giner de los Ríos
El refugio lleva el nombre de Francisco Giner de los Ríos, integrante del grupo de
los “doce amigos”, precursor de la Sociedad Peñalara. Dicha agrupación la inauguró en 1916, un año después de la muerte de D. Francisco.
Como dato curioso hay que señalar que fue costeado por suscripción popular, siendo uno de los colaboradores S.M. el rey Alfonso XIII, quien contribuyó con 500 pesetas:
Según se va subiendo hacia El Tolmo, se obtienen unas vistas muy bonitas. La subida desde Prado Peluca hasta El Tolmo es muy sencilla se va de frente y luego hay que hacer un giro de 90º a la izquierda y ya es seguir el único sendero que hay, no tiene pérdida:
El Tolmo
La denominación de El Tolmo proviene de la palabra Tormo o Terrón. Es un gigantesco canto rodado, con unas dimensiones aproximadas de 16m. de alto con un volumen de unos 2100m cúbicos y cerca de 500 toneladas de peso:
Algunos autores deducen el lugar exacto desde el cual se desprendió esta enorme piedra; en una brecha localizada a la derecha del risco de El Pájaro:
Además de este Tolmo, existen en la CAM otros dos cantos redondos de similares dimensiones: uno en la sierra de La Cabrera y otro en Soto del Real (Cerro Berrocoso):
El Pájaro
Desde El Tolmo se observa una visual del abovedamiento campaniforme de El Pájaro:
Las Buitreras
Justo a la derecha, se observan Las Buitreras, por supuesto, con los buitres leonados sobrevolando nuestras cabezas. Estas aves de gran tamaño nidifican en los ricos de La Pedriza:
Desde este punto, el resto de la ruta consiste en deshacer el camino, volviendo a tomar La Autopista, que rápidamente nos lleva hasta el Parking de Canto Cochino. A la vuelta, puedes aprovechar para ver alguno de los puntos de interés que se te puedan haber pasado por alto durante el camino de ida. Por ejemplo, la aleta de tiburón yo la vi a la vuelta, ya que no me percaté según subía.
Para finalizar la ruta, un moderno puente de madera nos deposita grácilmente en las proximidades del parking de Canto Cochino, dando por concluida la ruta de hoy: